Desde los comienzos de la terapia con insulina se intenta sustituir la función de las células beta del páncreas con una aproximación lo más ajustada posible a la situación en estado sano. Las bombas de insulina tratan de imitar el funcionamiento del páncreas suministrando pequeñas cantidades de insulina a través de un pequeño tubo que se inserta debajo de la piel.